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Aletheia Creative


Últimamente he estado leyendo sobre el oficio de escribir, y me he topado con material muy interesante relacionado con el proceso de estructurar historias. Uno de los temas recurrentes en los libros y artículos que he encontrado es el uso de la motivación y reacción (en los personajes) para hacer que nuestra escritura sea más fluida.

Como autores, al empezar a esbozar nuestras historias, perfilamos a nuestros personajes con gran detalle. Al punto de sentirlos reales. Como hijos, incluso. Conocemos sus pensamientos, sus pensamientos... y podemos predecir sus reacciones ante un estímulo específico. De eso se trata esta entrada. Causa y efecto. Estímulo y respuesta. Y de cómo estos elementos pueden elevar nuestra narración al siguiente nivel.

¿Cómo funciona esto en una situación real?

Si tu personaje (masculino) se encuentra frente al espejo utilizando la maquinilla de afeitar y se corta, la reacción física ocurriría después del corte y no antes. No, no te rías... he leído historias donde cosas tan "inocuas" son pasadas por alto, haciendo que las situaciones sean menos creíbles, y por tanto que mi experiencia al leer sea menos grata. 

Exploremos este concepto en otro contexto:

La brisa nocturna arrastraba un borde helado. Martina se estremeció y hundió sus manos más profundamente en los bolsillos de su chaqueta, sin embargo no lograba sacudirse el frío. Martina seguía temblando mientras dejaba atrás la parada del autobús y se dirigía su casa. En ese momento las luces se apagaron y Martina se detuvo en seco.

Vamos a descomponer este ejemplo:

Motivación: La brisa nocturna arrastraba un borde helado.
Reacción: Martina se estremeció y hundió sus manos más profundamente en los bolsillos de su chaqueta.

Motivación: No lograba sacudirse el frío (la acción tomada por el personaje no resolvió su problema).
Reacción: Temblando, Martina dejó atrás la estación del autobús y se dirigía a su casa (para resguardarse del frío).

Motivación: Las luces se apagaron (un factor externo afectando las acciones del personaje).
Reacción: Martina se detuvo en seco (quizás no lograba ver el camino, y precisaría de un plan alternativo para resolver el conflicto inicial).

Cada elemento dentro del párrafo, cada acción, tiene una consecuencia. Al hilar nuestras historias debemos tomar en cuenta la motivación y la reacción de nuestro(s) personaje(s) para darle mayor credibilidad al texto y HACER QUE LA HISTORIA FLUYA. Si un personaje no es capaz de reaccionar a un estímulo, o si no tiene una reacción lógica, la historia se estanca. Las reacciones del personaje van a tener un efecto sobre el lector. Una reacción emocional. 

Las emociones juegan un papel muy importante en el oficio del escritor. Las usamos para transmitir un mensaje, y las producimos en el lector. Alegría, miedo, tristeza, rabia... las posibilidades son infinitas. 

En nuestra próxima entrada ampliaremos sobre el tema de las emociones, y el manejo del lenguaje sensorial en la narración.
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Una de las cosas que hago cuando me preparo para escribir una historia nueva, es que leo a otros autores hablar sobre sus experiencias en este oficio. Especialmente me gusta leer a aquellos autores exitosos que no temen abrir la puerta de su oficina/casa para mostrarle el camino a jóvenes (y no tan jóvenes) ávidos de aprender. 

Últimamente me he encontrado ojeando varias veces el libro Mientras Escribo (On Writing, a memoir of the craft) de Stephen King. En este libro cuenta de una manera muy cándida su experiencia como autor, desde sus inicios en el oficio hasta el momento en que el éxito empezó a ser una constante en su carrera. 

King es especialmente abierto sobre los rechazos que recibió, sobre la importancia de la calidad en los libros que ofrecemos al lector hasta los efectos del oficio sobre su vida personal y familiar. 

Actualmente es uno de los autores más vendidos a nivel mundial (tomando como referentes las listas del New York Times, USA Today y Wall Street Journal), sus historias han sido traducidas a un sinnúmero de idiomas, además de ser adaptadas ocasionalmente al cine y la televisión, alcanzando una audiencia aún mas amplia.

Si están pensando en escribir, o prepararse para hacerlo, deberían echar un vistazo a este libro. Pueden solicitar una copia de Mientras Escribo en bibliotecas públicas, su librería favorita o a través de sus portales de compra favoritos. 
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Muchos autores iniciamos nuestra carrera soñando con dedicarnos a tiempo completo a este oficio, sin embargo es algo que nunca lograremos un una base (tribu o grupo) de lectores. 

Hay quienes piensan que las tribus son para autores famosos como Stephen King, Michael Connelly, Nora Roberts o Cassandra Clare; y si estás al comienzo de tu viaje como autor, es posible que no puedas imaginarte con una tribu de personas, superfans, si así lo deseas, que compren, lean, revisen y realmente amen cada libro que escribes. Pero te aseguro que es posible. 

Pero presta atención, porque este es un camino sin atajos. Muchos han intentado saltarse las reglas y las consecuencias no han sido precisamente favorables, así que disminuye la velocidad y disfruta el viaje.

¿Qué es una tribu lectora?

Tu tribu de lectores será ese grupo de personas conectadas entre sí, y dirigidas por ti, a través de tus libros. Es posible que amen a tus personajes, que encuentren en tus historias elementos con los que se sienten identificados, y consideren tus historias algo vital en su rutina lectora. Buscan en tu trabajo tanto inspiración como entretenimiento, y se reúnen para comentar lo que les gusta y lo que esperan, para animarte a seguir adelante, y con su actividad en redes sociales (y plataformas de compra) permiten posicionar tu trabajo y aumentan tu exposición.

¿Cómo construir tu tribu?

1. Sé tu mismo: Las tribus se construyen un lector a la vez. Todo comenzará porque una persona piensa que eres genial, y en algún punto decidirá compartirte, como quien comparte un secreto, a otro lector. No se trata solo de que tu trabajo le guste, sino porque sintió algún tipo de conexión contigo (autor) como persona.

2. No tengas miedo de pedir ayuda: Tus seguidores van a querer ayudarte. ¿No harías algo por alguien a quien admiras? ¡Claro que sí! Cuando la gente te diga que le encanta tu trabajo, agradéceles y pídeles que dejen un comentario y se lo cuenten a sus amigos.

3. Mantente en contacto: Comparte todo lo que puedas y tus lectores volverán por más. Responde sus mensajes y comentarios, obsequia adelantos (información privilegiada), outtakes o escenas extra, o algún otro detalle que puedas compartir, y los futuros miembros de su tribu regresarán y comprarán lo siguiente que ofrezcas. Por ejemplo, si regalas un eBook gratuito a los suscriptores de tu lista de correo (o a los miembros de tu grupo de Facebook) puede servir para que se familiaricen con tu estilo narrativo y, para que además, se interesen en tu siguiente publicación. Ponte en el lugar del lector y piensa cómo te gustaría ser tratado por tu escritor favorito, luego anda y pruébalo con tu tribu.

4. Comprometerse con los lectores: Tengo lectores que me siguen porque respondí a un comentario suyo en un red social, porque devolví un correo, porque dije gracias. Así como he visto que algunos autores simplemente no responden. En lo personal, me puede llevar algo de tiempo, pero respondo a cada mensaje que veo (incluso los que no son tan agradables) con educación y respeto. Lo comenté en el punto anterior, y lo recalco ahora. Dale atención a tu audiencia, y ellos seguirán contigo.

5. Fomenta el compromiso dentro de tu tribu: Hay muchísimos autores a los que he observado construir sus comunidades de lectores a base de un principio muy simple. Estimulando las conexiones entre los miembros y fomentando los liderazgos dentro de la tribu. La participación dentro de las plataformas en las que compartes con tu tribu tiene que ser reconocida, debe promoverse la interacción entre ellos y permitirles avanzar dentro de la estructura del grupo comisionándoles pequeñas tareas: lecturas conjuntas, ponerle rostro a los personajes, organizando quedadas (virtuales o físicas, dentro de las posibilidades geográficas) y haciéndolos parte de tu esquema de divulgación en redes sociales. La palabra de un lector siempre tendrá peso para otros lectores, de lo contrario las reseñas en los portales de compra no serían tan importantes.

6. Nunca te rindas: Tu tribu podría tardar un año, incluso más, en despegar. Piensa en que los niños no nacen hablando o caminando, sin embargo no se rinden si fracasan al primer intento. No lo hagas tú tampoco. No importa cuánto tiempo lleve, solo sigue intentando y no dejes de invitar a tus lectores a unirse a tu grupo

Tener lectores que amen tus libros es emocionante, sí. Ser reconocido por tu trabajo es algo excepcional. Pero no olvides que el arduo trabajo de construir una tribu podría irse rápidamente al desastre si descuidas a tus seguidores, si no alimentas la conexión que tienes con ellos (y que tendrán entre ellos) y si en las interacciones con ese público no hay valores como el respecto. Trata a tu tribu con el mimo merece, y pronto tendrás la cantidad de fanáticos que necesitas para ser un escritor de tiempo completo.
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La marca de un autor es mucho más que un logo, una firma o una tipografía. Es tu esencia, tu personalidad, la huella que vas a dejar en tu lector, y por ende, lo que va a atraerlo una y otra vez a tu trabajo. 

El crecimiento de la oferta en las diferentes plataformas de publicación hace imperativa la necesidad de los autores de diferenciarse del colectivo. Crear una base de lectores, desarrollar un estilo propio y estar dispuesto a evolucionar conforme el mercado cambie son algunas de las cosas que debemos considerar constantemente.

Es probable que como autor te hayas topado al menos un par de veces con el término branding mientras investigabas formas efectivas de llegar a más lectores. Y es posible que al ver el término te preguntaras si realmente es importante para ti. La respuesta es sí, y te voy a contar la razón.

A pesar de la evolución en el mercado, las marcas se han preocupado por fortalecer su imagen y ser lo suficientemente fuertes para mantener vigencia sin importar los cambios en el gusto del público. Es allí donde surge la necesidad de que estas marcas gestionen valores y se conecten con la gente más allá de un logo o de un slogan.

En el caso de los autores, y de lo vasta que es la oferta en el mercado editorial, esto implica crear relaciones más profundas entre tu contenido y los lectores. Los puntos de contacto son múltiples y no dejan de surgir nuevos escenarios de interacción. Las redes sociales, las estrategias de marketing y la publicidad digital son algunos ejemplos. 

Pero ¿cuál es el método más eficiente de llegar al público? ¿Debo elegir solo un mecanismo? La respuesta a esta pregunta te la va a dictar tu propia audiencia, o la forma en que quieras construir una. Elegir un método, o combinar varios, va a depender de lo efectivas que resulten tus interacciones con tu público objetivo. Sin embargo la experiencia dicta que no hay que poner todos los huevos en una sola cesta, si saben a lo que me refiero.

El branding, en el caso de los autores, suele ser un tanto complicado porque no tendemos a considerarnos a nosotros mismos como un producto o como una marca, consideramos a nuestros lectores como allegados y amigos en lugar de clientes, entre otros aspectos. Si bien todo nicho de lectores empieza con un pequeño grupo de personas cercanas a las que confías tu trabajo con la intención de recibir alguna retroalimentación, a medida que tu trabajo es conocido ese pequeño grupo empieza a crecer, sus gustos empiezan a definirse (o a cambiar) y tú debes ser capaz de diferenciarte del resto de autores que ofrecen productos en tu misma línea, o en una línea similar.

Piensa en esa vez que saliste a buscar trabajo por primera vez, en cómo te preparaste para tu entrevista y para mostrarle al reclutador que eras su mejor opción para el puesto. Pasa lo mismo cuando vendes tu libro. Tienes que ser capaz de identificar las fortalezas de tu producto, y las tuyas como marca, para llegar a cada vez más personas.

¿Qué debo considerar al empezar a construir mi marca?

  • En primer lugar: No importa si eres nuevo o si tienes tiempo en el negocio. Si no tienes una marca, o la que tienes no es eficiente, puedes construir una nueva.
  • Debes permitir que la gente te conozca: Las redes sociales, blogs, páginas de autor, fichas de autor en Amazon y Goodreads… todas te benefician. Escribe una pequeña biografía, y dile a tus lectores dónde pueden ir para conocer más sobre ti.
  • Crear grupos de interacción en redes como Facebook es una idea que aprobamos y apoyamos. El contacto cercano y directo con tus lectores es algo que valorarán. Hazlos sentir especiales allí: pequeños adelantos de tus próximos trabajos, imágenes relacionadas con tus historias, sorteos, etc., han probado ser una buena técnica, pero también compartir historias más personales y domésticas. Tus lectores no solo quieren conocer tus libros, también quieren conocerte a ti.
  • Si te escriben, responde. Si un lector se ha tomado el tiempo de leer tu trabajo y dedicarte algunas líneas para expresarte cómo ha impactado en su vida, él espera de vuelta alguna respuesta tuya. No tiene que ser algo largo, pero sí debe ser honesto. Esa pequeña interacción se convertirá en una anécdota que compartirá con sus amistades (algunas lectoras) y podría generar interés en ti.
  • No todo tiene que ser sobre libros. Tu muro en tus redes sociales no tiene por qué ser monotemático. Muestra a tu audiencia las cosas que te gustan, lo que te mueve, las películas que ves, la música que escuchas… enséñales que tienen más cosas en común que ese libro que escribiste y que a él le interesó leer.


Otros aspectos a considerar:

  • Las portadas: 

Es muy frecuente observar en las estanterías (físicas o digitales) la similitud de las propuestas. Pero ¿cómo me diferencio del resto? ¿Cómo atraigo a un lector a través de mi portada? Asegurándome de mostrar la esencia de la historia con la imagen correcta. Recuerden que la portada es lo primero que verán sus lectores por lo tanto debe ser atractiva. Una imagen "magnética" garantizará que el lector sienta curiosidad. Pero ese no es el único punto en el que deben enfocarse. 

  • Las descripciones de los libros son muy importantes:
La sinopsis debe jugar con las expectativas del lector según el género y a la vez convencerlo de querer leer más. Si cuentas toda la historia a tu lector en la descripción ¿cuál es el propósito de leer el libro? Pero si no le dejas ver un poco de lo que hay dentro del libro tampoco se interesará. 

¿Quieres seguir leyendo sobre estos temas? Deja un comentario.
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ESP: Aletheia (Ἀλήθεια) es el espíritu de la verdad y la sinceridad. Basado en ese concepto, nuestro objetivo es ayudarlo a crear un vínculo real con sus lectores, hacer que se enamoren de sus historias a través de diseños (portadas y maquetación) atractivos y estrategias de comercialización seguras.

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